ANTHONY BROWNE: EL AUTOR QUE TODO NIÑO DEBERÍA LEER

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Anthony Browne, admirado por niños y adultos en todo el mundo, es uno de los autores de literatura infantil más talentoso e imaginativo de nuestra época. Sus libros son considerados como objetos artísticos por la compenetración insoluble y armónica entre el texto y la ilustración. Su propuesta literaria rompe con los parámetros establecidos de una literatura infantil lineal, para trascender y expresar una explosión de arte y fantasía que atrapa a todo niño que tenga la fortuna de toparse con una de estas joyas. Advertimos que estos textos son adictivos y ondulantes para la imaginación de nuestros pequeños. Mucha precaución.

Browne, denominado el mago de las historias ilustradas, nació el 11 de septiembre de 1946 en Inglaterra. Desde muy niño tuvo gran predilección por el arte; por ello, cuando fue adulto, decidió estudiar Diseño Gráfico en la Facultad de Arte de Leeds. Actualmente, su gran talento y reconocimiento mundial lo han hecho merecedor de innumerables premios; entre ellos, el prestigioso premio Hans Christian Andersen, que es estimado por muchos como el Nobel de la literatura infantil, y que le fue otorgado en el año 2000. Hasta el día de hoy, ha producido, aproximadamente, cincuenta libros para niños, los cuales han sido traducidos a diferentes idiomas.

La propuesta de Anthony son los libros álbum; en ellos, el texto y la imagen se fusionan de manera inseparable para construir una historia. En este tipo de texto, el lenguaje visual y el verbal poseen el mismo valor; y están unidos por el hilo invisible y fuerte de la interpretación y el análisis de los agudos lectores.

El autor considera que la sociedad no le da suficiente valor al poder de la vista; a pesar de que todas las personas contamos con un gran potencial en nuestros primeros años que lamentablemente se va perdiendo con el pasar del tiempo. Un factor importante de esta pérdida es que en nuestra sociedad, irónicamente denominada una “sociedad visual”, los niños son bombardeados con muchas imágenes que no pueden ver, leer ni comprender, por la velocidad con la que pasan ante sus ojos. Agregamos a esta problemática, la idea errada que tienen los adultos acerca de que los libros con muchas ilustraciones son para los niños que no saben leer y frente a esto, ejercen en ellos una gran presión para que dejen de lado las imágenes y le den mayor tiempo a las palabras; como si eso fuera una parte esencial de la madurez y la educación.

Nosotros concurrimos en que la propuesta de Browne es un aporte importante para revertir esta situación castrante que limita el desarrollo de las posibilidades creativas, visuales y lectoras de nuestros niños. Esto será posible gracias a que los libros de dicho autor cuentan con ilustraciones estratégicamente realizadas y ubicadas en el espacio, y en la relación con las otras. Además, poseen detalles ocultos e imágenes que cuentan parte de la historia que las palabras no relatan y que los niños, con sus capacidades visuales y cognitivas, pueden leer y detectar rápidamente. Asimismo, el uso del color y la luz también ayuda a expresar las emociones y contar la historia. Sus libros verdaderamente le brindan al niño la oportunidad de un encuentro significativo con la lectura.

Browne trabaja por los niños y alimenta su labor inspirado en ellos, tomando en cuenta la capacidad creativa y la sensibilidad que poseen para observar la belleza del entorno que los rodea. También, reafirma su compromiso de hacer libros que a él le hubiera gustado leer y nos invita a no limitarlos ni subestimarlos: “No deja de sorprenderme la creatividad y la sensibilidad que muestran los niños y niñas de todo el mundo. Por favor, no hay que hablarles como tontitos; cuando uno los trata de igual a igual descubre lo inteligentes y curiosos que son”.